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Desperdicio de alimentos en la aviación comercial: Desafío de Altura


Día tras día crece a nivel global, el ya elevado porcentaje que se estima de desperdicio de alimentos (17% a nivel mundial según la FAO). Este suceso tiene múltiples impactos: sociales, ambientales y económicos: desde afectar la seguridad alimentaria hacia los grupos más vulnerables, producir emisiones de gases de efecto invernadero y el coste económico que representa su gestión. Con todo lo mencionado anteriormente, es casi un hecho que el desperdicio de alimentos es una problemática difícil de controlar, sobre todo a nivel industrial. Y la aviación comercial, no es la excepción.

Tamaño Problema

1.43 kilogramos de residuos alimentarios es lo que desperdicia cada pasajero a bordo de las aeronaves comerciales, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). Este desperdicio de alimento es aún más doloroso, teniend en cuenta que 842 millones de personas sufren hambre en el mundo, según la ONU. Con aproximadamente 4.500 de pasajeros volando anualmente, la cuenta nos brindará un número que asusta (no haga la cuenta, si es una persona impresionable). No obstante, más allá de meramente emitir residuos, los desperdicios de alimentos en los vuelos, son un gran punto crítico para esta industria. Pero, la cuestión de cómo y por qué se producen estas exorbitantes cifras en la industria aérea, es complejo y contiene varias aristas de las que hablaremos a continuación.

Causas del Desperdicio de Alimentos

Planificación (o no) y Exceso de Oferta

Una de las principales causas de este suceso, es la dificultad de prever con precisión las cantidades reales y las necesidades alimentarias que suponen los pasajeros. La planificación excesiva o mala planificación, lleva a una provisión de alimentos que muy a menudo supera la demanda real, traducido en grandes cantidades de comida desechada. En este punto, la aerolínea neerlandesa KLM, se destaca por su acertada innovación para disminuir estas cifras: desarrolló una IA (Inteligencia Artificial) que predice la embarcación real de los pasajeros en los vuelos (entre el 3% y 5% de los pasajeros con reservas no se presentan) y a su vez, calcula las comidas necesarias. En solo tres meses, han logrado reducir el desperdicio en un 63%, representado en un ahorro de 111.000 kilos de comida anual.

Restricciones de Seguridad

Los alimentos que no se han consumido en el vuelo no pueden reutilizarse ni redistribuirse en vuelos posteriores, según las actuales normativas de sanidad y seguridad.

La ASF (Foro de Sostenibilidad de la Aviación) junto a IATA, realizó dos auditorías de Composición de Residuos de Cabina (CWCA), la primera acaecida en noviembre 2023 y la segunda en abril 2024 donde pudo estimar, en un análisis sobre 25 vuelos de corta, media y larga distancias, que el 65% de los residuos que se emiten son de carácter alimentario, y el 18% de estos, son alimentos intactos, con alta probabilidad de redistribuirse en otros vuelos.

Preferencias y Restricciones Dietéticas

Los últimos años pusieron en auge una amplia gama de dietas y nuevos estilos de alimentación. La actual diversidad sobre tipos de alimento, preferencias y restricciones dietéticas que aboga cada pasajero, juega hoy un papel crucial. Con opciones Gourmet, light, veggie, Sin TACC, fast, snack, entre mucha otras más, las aerolíneas y los servicios de catering, deben reinventarse y ajustarse constantemente para ofrecerlos más diversos menús que se adapten a las demandas actuales. Ahora deben ofrecer mayor variedad de opciones para satisfacer a todos los pasajeros, lo que frecuentemente lleva a un excedente de alimentos preparados, pero no necesariamente consumidos.

Consecuencias del Desperdicio de Alimentos

Impacto Ambiental

A nivel mundial y bajo ciertas condiciones, se espera que para el año 2029, se incremente alrededor de un 10% el número de vuelos comerciales. Si estos datos son correctos, entonces se espera un alto impacto ambiental que recae sobre esta industria.

Desde 1940, hasta la fecha, el porcentaje de emisiones de Dióxido de Carbono (CO2) se ha incrementado por cinco, pasando de 0.32% a 1.77%, alcanzando un pico histórico en el 2019 de 2.5%, según un análisis científico de OuR World In Data y Global Carbon Project.  El Dióxido de Carbono (CO2) es un gas de alto impacto ambiental, que permanece años en la atmosfera y el océano, contribuyendo al calentamiento global, e impactando a su vez negativamente en la calidad del aire y la salud humana.

Pero, el desperdicio de alimentos no se queda muy atrás. Cuando derrochamos alimentos, a su vez también malgastamos otros parámetros de la ecuación: combustible, energía, agua, y tierra entre otros, que fueron necesarios para su cultivo, cosecha, transporte y empaque.

Si los alimentos no se consumen y pasan al estado de putrefacción, producen metano, otro gas aún más potente que el dióxido de carbono.

Según la Organización World Wild Life, el desperdicio de alimentos genera 8% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Los GEI, en cantidades adecuadas, actúan como una especie de “manta” alrededor del planeta, equilibrando nuestra temperatura. Pero su creciente aumento provoca una elevación de la temperatura promedio terrestre que favorece al cambio climático que podemos notar año tras año.

La Huella de Carbono, es la métrica ambiental que se utiliza para calcular las emisiones de los GEI generadas por una persona, empresa e inclusive un producto. Por lo tanto, su incremento es proporcionalmente directo al aumento de temperatura y al cambio climático.

Pero, por suerte, no todo está perdido, ya que se observan diversas medidas que están adoptando las compañías aéreas y las empresas de catering, ya que este último forma parte de los sectores más determinantes al momento de la generación de desperdicio alimentario en la aviación comercial. Desde sistemas con preselección de menús para mejorar su planificación, uso de IA (inteligencia artificial) para analizar datos y optimizar cantidad de alimentos, hasta mejoras en la cadena de transporte y suministros, son una de las variadas estrategias que se observan por parte de varias compañías aéreas.

Costos Económicos

Nada es gratis en la vida, y el desperdicio de alimentos tampoco lo es.  Más allá de la pérdida en la inversión que se realizó en cada alimento brindado y no consumido, se suma el costo adicional en el que se incurre para la gestión y eliminación de estos residuos. Esto se compone de varias componentes:  desde el costo que implica el personal a cargo de esta gestión, su transporte, su capacitación para la correcta manipulación ó desecho y hasta multas por incumplimiento de normativas.

La empresa tecnológica Vasca Ceit, hace unos años, trabajaba en el proyecto “Digestair”, que consta de la creación de un digestor anaerobio, que permitiría la descomposición de material orgánico a bordo, como restos de comidas y aguas residuales.

Soluciones y Estrategias Sostenibles

Reciclaje, Reutilización y Redistribución

Lufthansa se ha proclamado como pionera en este punto. Es una de las compañías aéreas que ha logrado implementar un esquema de reciclaje para gestionar mejor los residuos. Se trata de su programa “Delicias a Bordo” en el cual, el alimento se encuentra contenido en un envase fabricado con materiales reciclados y compostables. Otra iniciativa de esta compañía, es la llamada «Onboard Delights Last Minute»: donde los pasajeros pueden adquirir productos frescos, en determinados vuelos, que no hayan sido vendidos poco antes de aterrizar, a un precio reducido y llevárselos consigo. Con estas iniciativas, se logró reducir hasta un 22% el desperdicio de alimentos. La compañía Austrian Airlines también cuenta con la iniciativa «AM2GO», en la que poco antes de aterrizar, a los pasajeros se les ofrecen productos frescos que no se han consumido hasta ese momento a un precio reducido.

Reducción de Porciones y Menús Personalizados

Varias aerolíneas han implementado diversas estrategias para disminuir el desperdicio, como pueden ser la reducción en las porciones ó menús planificados con mayor anticipación. Encontramos compañías como Delta Air Lines, United Airlines, Air France, Cathay Pacific, entre muchas más que examinando la posibilidad de optimizar recursos, ofreciendo la posibilidad de  preseleccionar sus comidas antes del vuelo y así optimar la cantidad de alimentos que se encuentran a bordo y reduciendo la cantidad de productos en stock.

Colaboraciones y Donaciones

La austrliana Qantas junto a la fundación OzHarvest, colabora mediante la donación de alimentos no perecederos a programas de desayunos escolares. Esta acción demuestra otra opción, doblemente beneficiosas donde, por un lado, las aerolíneas pueden reducir el desperdicio y tener un impacto positivo en la sociedad y por el otro, reducir la brecha alimentaria para las poblaciones más vulnerables y a su vez, contribuir a incrementar la seguridad alimentaria.

En conclusión, reducir la cantidad de desperdicio de alimentos a bordo, es un desafío complejo y multifacético. Teniendo en cuenta sus tres impactos: sociales, económicos y ambientales a nivel global, la pérdida de alimentos debe ser por lo menos un tema considerable para la industria de la aviación. A pesar de estas iniciativas de muchas compañías, se debe buscar soluciones integrales y sostenibles en el tiempo que aborden a toda la industria.

 

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