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Delta estrena Delta One Lounge en el JFK de Nueva York

Con más de 3.700 metros cuadrados, es la primera de su clase y es más grande que cualquier Delta Sky Club

Este nuevo concepto de sala VIP ofrece una espectacular variedad de experiencias y servicios para el viajero

Delta ha puesto toda la carne en el asador en su nueva Delta One Lounge del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York. Ya está lista para dar la bienvenida a sus clientes a su destino más nuevo y exclusivo. Situada entre los Pasillos A y B de la Terminal 4, junto al principal punto de control de seguridad, Delta One Lounge, de más de 3.700 metros cuadrados —la primera de su clase y más grande que cualquier Delta Sky Club—, ofrece una espectacular variedad de experiencias y servicios para el viajero de primera clase, desde restaurantes de lujo hasta tratamientos de bienestar a servicios de aparcacoches, y mucho más. Los pasajeros con un billete Delta One pueden crear su propia experiencia única en la sala VIP en función de las necesidades.

La oferta más exclusiva de Delta

Se trata de un nuevo servicio que llega a cotas muy altas y que complementa la oferta a bordo más exclusiva de Delta y que cobra vida gracias a la hospitalidad característica por la que se conoce a la línea aérea. «Nuestros equipos no han escatimado en detalles para garantizar que los pasajeros de la Delta One Lounge disfruten de una experiencia  memorable», afirma Claude Roussel, vicepresidente de Delta Sky Clubs y Lounge Experience. «Es una nueva era para Delta: esta sala está subiendo el listón en todos los aspectos, desde el mobiliario, decoración y servicios básicos hasta las propuestas de comida y bebida, pasando por el nivel de servicio personalizado. Queremos que nuestros clientes sientan la diferencia; es más, queremos que se sientan bienvenidos y valorados desde el momento en que cruzan la puerta».

La nueva atracción de Nueva York

El ambiente de Delta One Lounge es fiel a la magia de Manhattan: los clientes pueden entrar y olvidarse de que están en un aeropuerto. Como nuevo destino de moda en Nueva York, el Lounge presenta guiños a otros lugares famosos de la Gran Manzana, con sorpresas cuidadosamente seleccionadas tanto para los neoyorquinos como para los entusiastas del diseño.

Diseños que rinden homenajes

 El bar, donde se sirven cócteles clásicos, cuenta con una lámpara de inspiración art dèco; el techo del Bar Lounge y el cristal estriado recuerdan al techo de pan de oro y las lámparas de araña del Radio City Music Hall. Igualmente el cliente podrá echar un vistazo al pasado de la ciudad en el mostrador de mármol blanco The Market and Bakery, inspirado en los mostradores de las tiendas de delicatessen retro. Por su parte, los mosaicos de mármol en forma de abanico del comedor Market rinden homenaje a las famosas brasseries neoyorquinas. El techo redondo sobre el mostrador de comida es un guiño a la terminal original del aeropuerto JFK, diseñada por el célebre arquitecto Eero Saarinen. Y los icónicos hilos superpuestos del puente de Brooklyn inspiran la lámpara suspendida del comedor.

Con obras de artistas de todo el mundo

Al igual que el aeropuerto JFK es un portal al mundo, Delta One Lounge presenta obras de arte que reflejan el alcance global de éste. En un paseo por la galería de la sala VIP, los pasajeros encontrarán obras de artistas de Europa, Sudáfrica, India, Japón y Cuba, entre otros. Estos toques de diseño únicos crean un espacio como ningún otro: moderno y, al mismo tiempo, arraigado en el pasado de la ciudad.

Un plus de alta costura

La recientemente anunciada asociación a bordo de Delta con Missoni también se refleja en la Sala VIP, con toques de diseño como cojines, jarrones y libros de sobremesa con el característico diseño en zig zag de la casa de moda italiana. Esta nueva asociación con Missoni eleva Delta One como nunca antes, tejiendo artesanía superior y diseño de alta gama en los detalles más finos del viaje, tanto en vuelo como en tierra, con una gran cantidad de oportunidades por delante para que las marcas continúen esta colaboración.

A prueba de paladares exigentes

 Los amantes de la buena mesa están de enhorabuena pues el Lounge cuenta con un restaurante brasserie de 140 plazas que ofrece un servicio de comidas de tres platos. Restaurant Associates y Union Square Events (un concepto de Danny Meyer) han colaborado para elevar la experiencia culinaria en Delta One Lounge, con platos como Hamachi crudo, steak tartare y lasaña boloñesa.

The Market and Bakery

 Delta propone una experiencia gastronómica con The Market and Bakery, con ofertas culinarias de temporada emplatadas para servicio sin cita previa. El servicio de carrito de bebidas permite disfrutar de la mejor hospitalidad sin moverse del asiento. Los camareros del Lounge se acercarán hasta el cliente donde esté para disfrutar de una experiencia similar a la que disfrutaría a bordo.

Experiencia Zen

 La zona de bienestar, por su parte, está equipada con nueve cabinas de relajación reservables con sillones de masaje de cuerpo entero y sillones de siesta, tratamientos de terapeutas certificados por Grown-Alchemist y mucho más. Junto a la zona de bienestar, la Serenity Lounge ofrece un espacio tranquilo y silencioso diseñado para la paz mental previa al vuelo. La iluminación especial de la Serenity Lounge imita los colores de la luz que afectan a los ritmos circadianos del cuerpo, ayudando al organismo a aclimatarse a la zona horaria hacia la que volará. Y se puede tomar una bebida en el Rejuvenation Bar, que ofrece bebidas refrescantes sin alcohol y aguas y zumos infusionados con frutas y hierbas.

¿Necesidad de refrescarse?

 Cuando se acaba de aterrizar tras un viaje transatlántico es un buen momento para refrescarse  en una de las ocho suites de ducha bien equipadas, con toallas, albornoces y zapatillas, productos Grown Alchemist y mucho más. ¿La ropa y los zapatos también necesitan un repaso? El cliente puede dejar sus prendas en el armario de la suite; un trabajador las limpiará con vapor y/o les sacará brillo y las devolverá mientras se disfruta de una  ducha.

Momento de abrocharse el cinturón

Los pasajeros que no quieran molestar pueden ocuparse de sus asuntos en una de las ocho cabinas individuales insonorizadas situadas en el Lounge, o tomar prestado un segundo monitor de ordenador para completar cualquier trabajo de última hora.

Aprovecharlo todo

Siempre es buen momento para disfrutar de las vistas del aeródromo desde la Terraza, repleta de plantas regionales renovadas según la estación. Este exuberante oasis al aire libre con techo retráctil está diseñado para estimular los sentidos (a la vez que calma el sistema nervioso); y se puede disfrutar los 365 días del año.

Un viaje premium de principio a fin

La Delta One Lounge pretende ofrecer una experiencia de primera calidad de principio a fin, desde la puerta de embarque hasta la recogida del equipaje. El viaje comienza en la facturación: situada en el lado derecho de la planta principal de llegadas de la Terminal 4, los clientes de Delta One serán recibidos por un equipo de agentes de Elite Service que les ofrecerán un servicio de guante blanco, toallas calientes y refrescos ligeros. Este otoño, la zona de facturación contará con una línea de control TSA privada para mayor exclusividad.

Aunque la Delta One Lounge de JFK es la primera de su clase, pronto se unirán otras. Las Delta One Lounges de Los Ángeles y Boston Logan International abrirán sus puertas a finales de este año, ampliando la experiencia integral de primera calidad a más clientes en más aeropuertos.

De JFK al resto del mundo

Aunque Delta One Lounge es un destino en sí mismo, los clientes de JFK están bien situados para viajar por todo el mundo con Delta. La compañía ofrece la mayor cantidad de vuelos y asientos de todas las aerolíneas en el aeropuerto JFK, con más de 200 salidas totales en días punta a más de 90 destinos nacionales e internacionales.

Este verano, Delta ofrece el mayor programa transatlántico de su historia desde el aeropuerto JFK, con más de 240 salidas semanales a 26 destinos, incluidas nuevas rutas como Nápoles y destinos a los que no se volaba desde antes de la pandemia, como Shannon (Irlanda).